Comer no es solo alimentarse
En este post os presentamos una iniciativa en la que hemos estado trabajando los últimos meses junto con Ciberer (Centro de Investigación Biomédica en Red – Enfermedades Raras), con la coordinación de la Dra. Eugenia Resmini, médico especialista en endocrinología y nutrición en el Hospital de Sant Pau; «Comer no es solo alimentarse».
Conocimos a Eugenia en un curso del aula y al poco tiempo se puso en contacto con nosotros para ofrecernos participar en un Simposio sobre enfermedades raras y Big Data. Desde siempre hemos tenido muy presente el fuerte vínculo entre la comida y la salud de las personas, el cual no sólo es físico, sino también emocional.
Gracias a esta acción hemos descubierto a un colectivo de personas que padecen una serie de patologías las cuales, en ocasiones, les impide alimentarse con normalidad y disfrutar de la comida tal y como hacemos el resto de personas.
Pastelería adaptada a las necesidades
La idea de nuestra participación en el simposio era la de unir dos mundos: el científico/médico, por un lado, y el del paciente y sus necesidades alimentarias más básicas del día a día. Pensamos que una manera de iniciar esta conexión podía ser a través de la pastelería. Si conseguíamos desarrollar un postre adaptado a las necesidades de una persona con alguna enfermedad rara, estos dos mundos comenzarían a acercarse.
Así fue como conocimos a Ainhoa y Esther, dos casos completamente opuestos, pero con el factor común de tener grandes restricciones alimentarias. Lo primero que hicimos al conocerlas fue plantear las siguientes preguntas:
- En primer lugar, ¿cuál era su enfermedad?, ¿qué restricciones alimentarias tenían?
- Después, ¿cuáles eran sus gustos personales?, ¿les gustaba el sabor dulce, la fruta, el chocolate?
- Y finalmente, ¿cuál era su día a día en casa?, ¿qué suponía la enfermedad en su vida cotidiana?, ¿qué hacían cuando iban a una comida familiar o a un cumpleaños?
Cuando recogimos toda esta información nos pusimos manos a la obra y comenzamos a experimentar en nuestro obrador. Este fue el resultado de todo este proceso:
Una pastelería para todos
Estamos muy contentos con el resultado ya que cumplimos tres requisitos que consideramos fundamentales para estos productos:
- Acordes con sus necesidades alimentarias
- De acuerdo con sus gustos personales
- Fácilmente reproducibles y adaptables a la vida cotidiana
Durante la presentación de los postres en nuestra aula, les explicamos cada uno de los ingredientes de las recetas, por qué los habíamos escogido, qué función hacían y cómo interactuaban con el resto de ingredientes.
Para nosotros, tener este conocimiento es fundamental y por eso nos gusta hacer pedagogía y compartir todo lo que sabemos sobre los alimentos y la nutrición. Esto es algo que forma parte del leit motiv de nuestra escuela de pastelería, puesto que comer no es solo alimentarse.
Esperamos que este video pueda concienciar a más profesionales y que dé visibilidad a aquellas personas que necesitan alternativas saludables, sabrosas y realistas.
Agradecemos a Eugenia la coordinación y su entusiasmo en el proyecto. También queremos agradecer la colaboración de la Dra. Silvia Meavilla, pediatra médico adjunto de la sección de gastroenterología, hepatología y nutrición del Hospital Sant Joan de Déu, a la Fundación Ramón Areces y, por supuesto, a Esther, Ainhoa y a sus familiares por poner cara y ojos a un colectivo de personas que desean comer para algo más que alimentarse.
Por último, agradecemos a Silvia y a Ángel por su profesionalidad en la realización del video y por su flexibilidad y colaboración en todas las etapas del proyecto de «Comer no es solo alimentarse».
Aquí podéis descargar las recetas creadas especialmente para Ainhoa y Esther: